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La programación en la enseñanza, una prioridad en el siglo XXI

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No son pocas las noticias que han saltado en todos los medios de comunicación en las que se alerta que, a pesar de la elevada tasa de paro que tiene nuestro país, las empresas tienen dificultades para encontrar profesionales para cubrir determinados perfiles vacantes. Encontrar las respuestas a esta situación no es demasiado complicado, y es que mientras existe una cantidad excesiva de titulados en determinadas ramas en otras existe una escasez que roza lo alarmante. 

Una de las ramas más afectadas por esta situación es sin duda la de los programadores informáticos. La digitalización de la economía y la explosión del mercado online hacen que las empresas necesiten profesionales que sepan programar para llevar a cabo sus proyectos digitales, algo para lo que están encontrando muchas dificultades. 

La escasez de programadores está siendo una constante desde hace años, y es que el número de vacantes en esta categoría laboral supera la cifra de programadores en situación de desempleo. Si bien es cierto que a veces existen ofertas de trabajo en las que se piden un determinado número de años de experiencia realizando proyectos de importancia, otras muchas son para profesionales titulados sin experiencia y tienen las mismas dificultades. 

Un debate que llega al mundo de la educación

Esta situación en el mercado de trabajo ha abierto el debate sobre la situación de la educación en nuestro país. Son muchas las voces que demandan que la programación llegue a la enseñanza para formar a los niños y jóvenes en algo que la mayoría tendrá que usar en el futuro y que a día de hoy no se enseña. De momento varios colegios privados tienen clases de programación e incluso existen academias para enseñar a programar a los más peques del hogar, pero la situación es todavía muy incipiente e insuficiente.

También es algo que ha llegado al ecosistema empresarial, ya que no son pocas las empresas que están apostando por introducir programas de formación en programación para que sus empleados se adapten al cambio tecnológico que se avecina. Sea cual sea el caso lo cierto es que más pronto que tarde será necesario introducir la programación en el sistema educativo y cuanto antes se haga mejor formadas estarán las nuevas generaciones, algo que sin duda influirá en la competitividad de nuestro país en el mundo. 

Una oportunidad para reciclarse a nivel profesional

La escasez de profesionales en el mundo de la programación está sirviendo para que profesionales de otros sectores encuentren en ello una salida laboral a su situación de desempleo. «En nuestros cursos tenemos alumnos de perfiles muy distintos, desde personas sin conocimiento alguno de lenguajes de programación provenientes de otros sectores hasta profesionales con nociones muy básicas que desean desarrollar sus habilidades en este campo», comenta el responsable de CodingHub, una de las academias de programación que está revolucionando la educación en este sector.

La existencia de este tipo de opciones formativas está permitiendo a profesionales de todo tipo acceder a una profesión que nunca hubieran imaginado a través de lecciones comprensibles adaptadas para partir desde cualquier punto de conocimiento de programación. Existen cursos específicos para los lenguajes de programación más importantes en la actualidad como el Python o Java, que son los más demandados por las empresas.

Aunque muchas personas de otros sectores han sabido adaptarse y a día de hoy se ganan la vida programando, lo cierto es que es un sector que todavía despierta cierta indiferencia porque se suele asociar con algo demasiado complejo o inaccesible para personas sin conocimientos informáticos. La realidad demuestra que por fortuna es un mito que va cayendo con el paso del tiempo y que cada vez son más los profesionales en activo que deciden reorientar sus carreras hacia la programación para lograr mejores perspectivas laborales y salariales. 

Ya sea en la formación de personas adultas en edad laboral o para formar a niños y jóvenes en edad educativa, lo que resulta evidente es que administraciones públicas y empresas deben hacer un esfuerzo para trasladar a la sociedad la importancia de aprender a programar para lograr un trabajo estable en los próximos años e incorporar itinerarios formativos en la formación reglada. Sin duda, la formación es clave para el desarrollo profesional de cualquier persona y aprender a programar está demostrando ser la mejor arma para evitar el desempleo y la precariedad laboral. 

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